El DHA (ácido docosahexaenoico) es un tipo de ácido graso omega-3. Nuestro organismo es capaz de producirlo, pero solamente en cantidades muy pequeñas, por lo que es de vital importancia que lo obtengamos a través de la alimentación [1].
DHA, su importancia en el organismo
El DHA se encuentra en pequeña cantidad en la mayoría de los tejidos, y está en concentraciones especialmente altas en el cerebro y en la retina (ojo) [2], por lo que es fundamental para el desarrollo normal visual y cerebral del bebé [3].
El DHA cobra especial importancia en las etapas de concepción, crecimiento y desarrollo del embrión y en el niño [2], por lo que un aporte adecuado de DHA es primordial tanto en la madre durante el embarazo o el periodo de lactancia como en el bebé o en el niño que ya ha comenzado con la alimentación complementaria.
En mujeres embarazadas o lactantes se ha visto como el aumento de la ingesta de DHA afecta positivamente al bebé, así la ingesta materna diaria de 200 mg de DHA, además de la ingesta diaria recomendada de ácidos grasos omega-3 para los adultos de 250 mg de DHA y de EPA (otro tipo de ácido graso omega-3) contribuye al desarrollo normal de los ojos y del cerebro del feto y del lactante alimentado con leche materna [3].
Pero no solo la ingesta de la madre es fundamental, también se ha visto como una ingesta diaria de 100 mg de DHA contribuye al desarrollo visual normal de los niños hasta los 12 meses de edad [3].
¿De dónde obtengo el DHA?
Los ácidos grasos omega-3, en concreto el DHA se encuentran en altas dosis en pescados como sardinas, lubina, salmón o caballa, y en mariscos como mejillones [4], o en productos enriquecidos, como, por ejemplo, en huevos.
El DHA se encuentra de forma natural en la leche materna en cantidades que oscilan alrededor de los 30 mg por cada 100 g, aunque la cantidad es muy variable, sin embargo, en la leche de otros mamíferos, como en la de vaca, oveja o cabra, la cantidad de DHA es casi imperceptible [2] [5].
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante seis meses, y su mantenimiento hasta los 2 años o más [6]. Por lo tanto, el bebé obtiene el DHA que necesita a través de la leche materna, pero la madre tanto en el embarazo como en el periodo de lactancia, así como los niños que ya han empezado la alimentación complementaria, deben obtener el DHA a través de la dieta.
Además, también podemos encontrar cantidades adecuadas de DHA en los preparados o fórmulas de inicio y de continuación.
¿Cuánto DHA necesitamos?
No debemos olvidar que el aporte de DHA del bebé comienza en la gestación. En la etapa de embarazo y lactancia es fundamental que las madres aseguren la ingesta suficiente de DHA. Como hemos visto, se recomienda una ingesta diaria de 200 mg de DHA además de la ingesta diaria recomendada de ácidos grasos omega-3 para los adultos de 250 mg de DHA y de EPA, lo que se traduce en 2 raciones de pescado a la semana para la población general, por lo que en el caso de la mujer embarazada o en periodo de lactancia este consumo debería ser mayor, incluso casi el doble [7].
Este consumo debería mantenerse durante toda la lactancia para asegurar unos niveles adecuados de DHA en el lactante, ademásse recomienda prolongar la lactancia materna tanto tiempo como sea posible hasta que el niño pueda incluir alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 en su alimentación [2].
En la infancia, los requerimientos mínimos de DHA son aún desconocidos por lo que las recomendaciones deben hacerse individualmente y como patrones dietéticos [2]. El aporte de ácidos grasos omega-3 en esta etapa dependerá de la lactancia materna y de la propia ingesta de pescado que vaya aumentando con la edad [2]. Además, actualmente debido a un cambio en la legislación, todas las fórmulas infantiles incluyen DHA ya que se ha establecido una cantidad mínima y máxima que deben contener [8].
AVISO IMPORTANTE: La lactancia materna es el mejor alimento para el bebé. Te recomendamos que consultes con un profesional de la salud sobe el cuidado y la alimentación de tu hijo.
[1] National Institutes of Health. Ácidos Grasos Omega-3. Noviembre 2018. Disponible en: https://ods.od.nih.gov/factsheets/Omega3FattyAcids-DatosEnEspanol/
[2] Gil-Campos M., Dalmau Serra J. y Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría. Importancia del ácido docosahexaenoico (DHA): funciones y recomendaciones para su ingesta en la infancia. An Pediatr (Barc). 2010;73(3):142.e1–142.e8
[3] REGLAMENTO (UE) No 440/2011 DE LA COMISIÓN de 6 de mayo de 2011 sobre la autorización y la denegación de autorización de determinadas declaraciones de propiedades saludables en los alimentos relativas al desarrollo y la salud de los niños.
[4] FAO. Globefish- Información en Análisis Comercial en Pesquerías. Panorama general de los ácidos grasos omega-3. Disponible en: http://www.fao.org/in-action/globefish/fishery-information/resource-detail/es/c/1052148/
[5] Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Ingesta ácidos grasos omega-3. Disponible en: https://www.portalfarma.com/Profesionales/DestacadosProfesionales/Paginas/Ingesta-acidos-grasos-omega-3.aspx
[6] Organización Mundial de la Salud (OMS). Lactancia materna. Disponible en: https://www.who.int/topics/breastfeeding/es/#:~:text=La%20OMS%20recomienda%20la%20lactancia,los%202%20a%C3%B1os%20o%20m%C3%A1s.
[7] Montserrat Rivero Urgell, Luis A. Moreno Aznar, Jaime Dalmau Serra, José Manuel Moreno Villares, Ana Aliaga Pérez, Aquilino García Perea, Gregorio Varela Moreiras y José Manuel Ávila Torres. Libro Blanco de la Nutrición Infantil en España. Zaragoza: Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2015. Disponible en: https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/libro_blanco_de_la_nutricion_infantil.pdf
[8] REGLAMENTO DELEGADO (UE) 2016/127 DE LA COMISIÓN de 25 de septiembre de 2015 que complementa el Reglamento (UE) no 609/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo en lo que respecta a los requisitos específicos de composición e información aplicables a los preparados para lactantes y preparados de continuación, así como a los requisitos de información sobre los alimentos destinados a los lactantes y niños de corta edad.
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