Déficits nutricionales en niños menores de 3 años

Los primeros años de vida suponen una etapa muy activa de crecimiento, desarrollo psicomotor y, por lo tanto, de requerimientos nutricionales. El equilibrio nutricional, especialmente de los micronutrientes, se puede ver afectado fácilmente si los aportes no son los apropiados [1].


¿Cuáles son los déficits más prevalentes en la infancia?

En atención primaria, se observa que los déficits más frecuentes son los que se dan por la falta de nutrientes como el hierro, calcio y la vitamina D. Otros micronutrientes como el zinc, magnesio, cobre, selenio o vitaminas del grupo B, también aparecen como deficitarios en algunos momentos de la infancia, pero en general suelen estar asociadas a patologías [1].

A continuación, se detallan las deficiencias de los micronutrientes más comunes citados anteriormente, sin incluir aquellos asociados a patologías.


Déficits de micronutrientes más frecuentes


Hierro

El déficit de hierro es la carencia nutricional más prevalente en la primera infancia en países desarrollados, siendo el periodo entre 1 y 3 años el más común de padecerla. Esto se debe al rápido aumento de la masa sanguínea y de la concentración de hierro [1] [2].

El factor principal para el mantenimiento del hierro es su grado de absorción intestinal (biodisponibilidad). El recién nacido cuenta con depósitos de hierro suficientes para cubrir sus necesidades durante los 6 primeros meses de vida gracias al aporte a través de la placenta, sobre todo a final de la gestación. Por lo tanto, los requerimientos de hierro son relativamente bajos en menores de 6 meses, y varían en función de la edad, aumentando a partir del segundo semestre. La clave para prevenir la deficiencia de hierro es cuidando la alimentación [1] [2].


Calcio

El 99% de calcio del organismo se encuentra en el tejido óseo y dientes, aunque también tiene un importante papel en la coagulación sanguínea normal, funcionamiento normal de los músculos, de las enzimas digestivas y de la neurotransmisión y por supuesto, como hemos visto, es necesario para el mantenimiento de los huesos y dientes en condiciones normales [3]. Durante la infancia es cuando ocurre el mayor crecimiento de masa ósea, por lo que el calcio juega un papel esencial [1].

Las necesidades de este mineral están influenciadas por la absorción, condicionada, lógicamente por la cantidad de calcio ingerida, pero también por la concentración de vitamina D y fósforo, y la presencia de alimentos que favorezcan su absorción (caseína, lactosa). La leche constituye uno de los alimentos con mayor biodisponibilidad de calcio [1] [2].


Vitamina D

En los últimos años ha aumentado la prevalencia de déficit de esta vitamina en niños de países industrializados. Los niveles séricos de vitamina D dependen de su síntesis cutánea por la exposición solar y de una pequeña cantidad aportada por la dieta [1] [4].

La vitamina D es necesaria para la absorción de calcio necesario para los huesos. Su déficit cursa de modo asintomático, pero afecta al metabolismo óseo y fosfatocálcico, dando lugar a hiperparatiroidismo y raquitismo y además, se relaciona con consecuencias sobre la función del sistema inmune [1] [2].[4].


Ácido docosahexaenoico (DHA)

Tras el nacimiento, los niveles de DHA disminuyen hasta un tercio respecto a los niveles intrauterinos. Esto es debido a que las necesidades se ven aumentadas por el rápido enriquecimiento en lípidos de las membranas celulares.  Muchas entidades científicas han recomendado aumentar su ingesta en embarazadas y en la infancia [1].

Frente a estos déficits nutricionales tan frecuentes, la industria de alimentación infantil cuenta con expertos en salud que trabajan en el desarrollo de productos cuya composición nutricional sea completa y adecuada para cada edad de los niños, siguiendo lo establecido en la legislación.


AVISO IMPORTANTE: La lactancia materna es el mejor alimento para el bebé. Te recomendamos que consultes con un profesional de la salud sobe el cuidado y la alimentación de tu hijo.


[1] Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP). Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC). Diagnóstico del déficit nutricional y su tratamiento en niños menores de 3 años. Guía práctica en Pediatría de Atención Primaria. 2015.

[2] Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Alimentación durante la infancia. Disponible en: https://www2.uned.es/pea-nutricion-y-dietetica-I/guia/PDF/Guia%20de%20Alimentacion%20y%20Salud%20-%20Infancia.pdf

[3] REGLAMENTO (UE) No 432/2012 DE LA COMISIÓN de 16 de mayo de 2012 por el que se establece una lista de declaraciones autorizadas de propiedades saludables de los alimentos distintas de las relativas a la reducción del riesgo de enfermedad y al desarrollo y la salud de los niños.

[4] V. Martínez Suárez, J. Dalmau Serra. Hipovitaminosis D, ¿una epidemia real? Pediatr Integral 2020; XXIV (6): 351–355.

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