¿Cuándo dar fórmula sin lactosa?

  • Las fórmulas infantiles sin lactosa están destinadas a niños que presentan intolerancia a la lactosa, un azúcar presente de forma natural en la leche, siendo ésta su principal hidrato de carbono.
  • La intolerancia a la lactosa se debe a que el organismo no puede digerir correctamente la lactosa por carencia total o parcial de la enzima lactasa.
  • Es importante diferenciar la intolerancia a la lactosa de la alergia a la proteína de la leche ya que el mecanismo en nuestro cuerpo y los componentes implicados son diferentes.
  • En el caso de intolerancia a la lactosa a partir de 6 meses y como parte de una dieta diversificada, se deben excluir de la dieta, total o parcialmente dependiendo del grado de intolerancia, las fórmulas infantiles normales y los productos elaborados con leche sin fermentar administrándose en su lugar las fórmulas sin lactosa.
  • Sin embargo, la lactosa es un nutriente muy importante en la alimentación infantil y no debe eliminarse de la dieta si no existe intolerancia y sin supervisión de un profesional de la salud. Asimismo, cuando la intolerancia desaparece se deben volver a introducir los lácteos con lactosa.


Son muchas las opciones que nos ofrece el mercado hoy en día para las diferentes condiciones de los más pequeños, y una de ellas es la fórmula infantil sin lactosa, pero ¿sabemos cuándo dar fórmula sin lactosa? Lo primero de todo es conocer qué tiene de especial esta fórmula infantil y en qué circunstancias ha de darse.


¿Qué es y por qué se produce la intolerancia a la lactosa?

Las fórmulas infantiles sin lactosa están destinadas a niños que presentan intolerancia a la lactosa, un azúcar (disacárido de glucosa y galactosa) presente de forma natural en todas las leches de mamíferos [1] [2].

Hablamos de intolerancia cuando el organismo no puede asimilar correctamente un alimento o uno de sus componentes, en este caso la lactosa. Se trata de una reacción en la cual no interviene en sistema inmune y cursa con síntomas que son principalmente digestivos (náuseas, diarrea, dolor abdominal…). Concretamente, la intolerancia a la lactosa es una de las más prevalentes, 2/3 de la población mundial la padece [1] [2] [3].

La incapacidad de digerir bien el azúcar natural de la leche surge de la falta total o parcial de un enzima intestinal denominada lactasa que se encarga de digerir la lactosa. Cuando falta la lactasa (total o parcialmente), la lactosa no se absorbe y llega al colon donde es fermentada por las bacterias, produciendo gas (hidrógeno, metano…) y acidificando las heces, lo que genera los síntomas digestivos [2] [4].

La intolerancia puede ser primaria, por una pérdida de actividad de la enzima de forma natural a partir de los 2 o 3 años de edad. Este proceso está genéticamente determinado y se produce hasta en un 15% de la población española. La intolerancia secundaria está asociada a una patología digestiva (gastroenteritis, celiaquía…) que produce daño en los enterocitos, las células epiteliales del intestino donde se encuentra la enzima lactasa, lo que hace, por lo tanto, que se pierda esta enzima. Ocurre de modo transitorio ya que cuando se recuperan los enterocitos, la intolerancia desaparece [2] [4].

Es importante diferenciar la intolerancia a la lactosa de la alergia a la proteína de la leche, ya que, aunque a veces pueden tener síntomas parecidos, el mecanismo en nuestro cuerpo, así como los componentes implicados son diferentes (la lactosa es el azúcar de la leche y la alergia es producida por las proteínas de la leche). [2] [4].


¿Entonces cuándo damos la fórmula sin lactosa?

El tratamiento a la intolerancia a la lactosa consiste en adaptar la dieta a cada caso, reduciendo el consumo de lactosa lo suficiente para que desaparezcan los síntomas.  Por lo tanto, en caso de intolerancia a la lactosa a partir de 6 meses y como parte de una dieta diversificada, se deberán sustituir las fórmulas infantiles normales, cuyo principal hidrato de carbono es la lactosa, por fórmulas sin lactosa. La dieta sin lactosa supone igualmente eliminar sus derivados elaborados con leche sin fermentar. En los casos de que sea una intolerancia secundaria, una vez remita la patología, se debe volver a una dieta normal, con fórmulas con lactosa, ya que la lactosa es un nutriente es fundamental [2] [4].

Los lácteos fermentados como yogur o queso suelen tolerarse mejor porque contienen menos lactosa y proporcionan a la vez bacterias capaces de digerirla. En casos fuertes de intolerancia puede ser necesario eliminarlos también de la dieta. Adquiere especial relevancia vigilar el aporte de calcio, asegurando la ingesta de entre 2-3 raciones de lácteos “sin lactosa” diarios, o productos enriquecidos en este mineral [2] [4].

Sin embargo, la lactosa es un nutriente muy importante en la alimentación infantil ya que aporta glucosa (energía) y galactosa (formación del cerebro), ayuda a formar una flora intestinal más sana y a la absorción de minerales, por lo que no debe eliminarse de la dieta si no existe intolerancia y sin supervisión de un profesional de la salud. Asimismo, cuando la intolerancia desaparece se deben volver a introducir los lácteos con lactosa [5].

En este contexto, la industria de alimentación infantil ofrece productos formulados específicamente para esta condición. Así, esta industria, gracias al desarrollo e innovación, permite que se pongan a disposición multitud de productos con una composición nutricional adecuada a cada condición.


AVISO IMPORTANTE: La lactancia materna es el mejor alimento para el bebé. Te recomendamos que consultes con un profesional de la salud sobe el cuidado y la alimentación de tu hijo.


[1] Asociación de Intolerantes a la Lactosa España (ADILAC). Primeras preguntas. 2020. Disponible en: https://lactosa.org/la-intolerancia/primeras-preguntas/

[2] Jiménez Ortega A.I. Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SEGHNP). Intolerancia a la lactosa. Última actualización 03/03/2020. Disponible en: https://www.seghnp.org/familias/intolerancia-lactosa

[3] Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Alergias e intolerancias alimentarias. Disponible en: https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/web/para_el_consumidor/ampliacion/alergias.htm

[4] EnFamilia. Asociación Española de Pediatría (AEP). Intolerancia a la lactosa. Última revisión 24/11/2020. Disponible en: https://enfamilia.aeped.es/temas-salud/intolerancia-lactosa

[5] Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). Familia y Salud. Las leches sin lactosa para lactantes, ¿por qué y cuándo se deben usar? 18-12-2015. Disponible en: https://www.familiaysalud.es/vivimos-sanos/alimentacion/alimentarse-cada-edad/lactancia-artificial-formulas-infantiles/las-leches


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